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Los alumnos elaboran su propio vino

Nuestros alumnos han elaborado su propio vino. Una experiencia en la que se han implicado de principio a fin.

El IS-ABJ nació en una excursión a la finca del Imidra (Instituto Madrileño de Investigación y desarrollo rural, agrario y alimentario). En la visita, tuvimos la suerte de conocer a Eufrasia que nos enseñó a vendimiar y nos animó con esta idea. Con ella, conseguimos 75kg de uva bermejo. 

¿Qué podemos hacer con 75kg de uva? Se preguntaron los alumnos. A 5 de ellos se les ocurrió la idea de hacer vino. Unieron las nociones dadas en clase y las pautas de diferentes enólogos y sumilleres de las diferentes visitas realizadas en la asignatura de sumillería. Así que, ¡manos a la uva!

El proyecto se realizó en horas de recreo, con los recursos justos que aportaban los alumnos y algunos instrumentos del instituto.

Proceso

  • Como con cualquier vino, empezamos por sacar el escobajo de las uvas, una a una. Al ser 75kg de uva y que solo contábamos con 30 minutos de recreo, nos dio tiempo a que la uva tuviera el frío en nevera que necesitaba.
  • Una vez terminada la parte anterior, pasamos a la prensa para sacar el mosto flor de la uva. En este proceso optamos por realizarlo de una forma tradicional y hacerlo con los pies (esta fue la parte más divertida para los alumnos).
  • Una vez obtenido nuestro mosto, añadimos el metabisulfito que fue proporcionado por el Imidra (este producto es el encargado de estabilizar y conservar el vino).

Ahora viene la parte de la espera. Es donde el vino empieza a fermentar. La temperatura debe ser vigilada ya que, si sube demasiado, esta mataría la levadura proveniente de los hollejos de la uva.

Pasados 3-4 días, este mosto ya estaría fermentado y empezamos a ver las lías (levaduras muertas) en la superficie.

Durante las 3 semanas siguientes, revisamos la temperatura, realizamos catas del vino y medimos su grado alcohólico y su densidad. Al dejar de haber fermentación, el vino estaría parcialmente terminado, ya que quedaría el embotellado y el etiquetado.

Tras haber realizado diferentes pruebas sobre el etiquetado, se optó por la huella de cada dedo de los 5 alumnos que trabajaron en este proyecto dejando así su huella en Fuenllana.

Firmado: dedo pulgar Adrián García, índice Ismael Ibáñez, dedo corazón Bradley Barragán, dedo anular Alba Lagos, dedo meñique y palma Jota.