A lo largo de las primeras semanas de curso los alumnos de cocina y gastronomía han realizado visitas profesionales. Lo cuentan los alumnos lo que han aprendido en las diferentes visitas:
Hotel Intercontinental Madrid
En la recepción del hotel nos recogió Francisco Garrido, subdirector y director del departamento de bebidas y alimentos, que nos condujo hacia las entrañas del mismo, no sin antes explicarnos un poco la historia de tan pintoresco lugar, que se inauguró en 1953 con una inolvidable fiesta que duró tres días y tres noches. La apertura del hotel transformó a Madrid, por primera vez en la historia, casi en una sucursal de Hollywood, Frank Sinatra, Liz Taylor o Sofía Loren, entre otros artistas, pasaron largas temporadas en la capital, rodando las grandes producciones de la época. En el 2009 se incorpora la espectacular Suite Real de 400m2 y cuatro Suites Presidenciales de 140m2. “Quizá sea uno de los hoteles que más me ha impresionado”, nos cuenta la alumna Esther Alcalde. “Solo con ese hall increíble cubierto de mármol, la escalinata y esas recepciones tan pintorescas de madera, que te transportan a otra época”.
“Siempre pensamos que las entrañas de un establecimiento al no estar cara al público se miman menos. Pues tengo que decir que me sorprendió lo bien cuidado que esta; lo limpio y bien estructurado que tienen todo (no hay nada fuera de su lugar); el buen ambiente que se respira; la organización que hay en los diferentes departamentos, tanto en cocina, la lavandería, la limpieza, la gestión de productos, etc.; la cantidad de carteles motivacionales. Había una pared en particular que me llamo la atención por su situación, en la entrada del personal, y por el texto escrito en ella que decía: “Hacer lo correcto” , “Demostrar que nos importa”, “Aspirar a más”, “Celebrar las diferencias” y “Trabajar mejor juntos”.
Pero creo que lo que más me llamo la atención es la parte solidaria. Hicieron el “Día del tupper, es decir, cada uno de los trabajadores se lleva su comida y el dinero que se destina a la comida del personal de ese día se dona a una ONG. Realmente es un sitio donde te apetece trabajar, aprender, ser mejor persona, superarte cada día más e incluso crecer como trabajador. Es un hotel digno de sus estrellas.
Hyatt Regency Hesperia Madrid
Situado en el Paseo de la Castellana en el antiguo Hotel Hesperia Madrid. Con el fin de adaptarse a los estándares y a las demandas del cliente moderno, le dieron un lavado de cara, haciendo espacios más abiertos y colores más cálidos, adoptando ideas de artistas que ofertaron puntos revolucionados como el Instagram córner y la renovación tecnológica. Guiándose por el lema “De Madrid al Cielo” se observa que está bien presente en varias zonas del hotel. Cuenta con 169 habitaciones de las cuales 33 son suites con vistas a la Castellana y las del último piso disponen de terrazas ajardinadas y jacuzzis privados.
Después de la renovación, hay que reconocer que quedó espectacular. Los tonos cálidos te aportan calma y serenidad.El salón de color blanco con paneles de madera hace que resalte el piano de cola negro que se encuentra antes de entrar al comedor. Este está situado en el centro del hotel pareciendo un patio interior. Tiene una luz natural increible y esta rodeado de vegetacion con un olivo en medio de la sala.
El montaje de las mesas es muy agradable dando una apariencia de lo más sencilla pero a la vez cuidada y pensanda con el más minimo detalle.
Santceloni sigue siendo el restaurante de referencia dentro del establecimiento, siendo sus dos estrellas Michelin un gran atractivo para el público, objetivo del nuevo modelo de negocio, viéndose en la necesidad de mantenerlo y fortalecerlo
En el 2001 ganó la primera estrella Michelin. Y tan sólo dos años después conseguiría la segunda. Sigue estando al mando de la cocina el Chef Óscar Velasco; como sumiller se encuentra David Robledo; como jefe de sala esta Abel Valverde; y para la parte más dulce está Montse Abellá. Todos ellos lideran el proyecto desde el principio con una conjunción exacta de talento, dedicación y saber hacer que ha llevado al Santceloni a mantenerse como una referencia gastronómica. Considerado por mucha gente como uno de los mejores restaurantes de España, ofreciendo una cocina contemporánea a dos ejes: producto y temporada, caracterizando la estacionalidad de sus platos.
El Estudio, es el espacio que esta junto a la cocina y que se ve a través de un ventanal, un lugar donde el equipo quiere que el comensal entienda, viva en primera persona el trabajo de cocina y sienta, huela y vea los productos con los que se trabaja
Habiendo podido conocer al gran maestro Santi Santamaria y su restaurante el Can Fabes de Sant Celoni hay que reconocer que Santceloni sigue muchas de las ideas del original.
El local sorprende mucho, ya que se encuentra bajo suelo y aún así tiene mucha luz natural. Nada más bajar las escaleras te encuentras con un salón muy amplio donde las mesas estan colocadas con bastante espacio entre ellas están cuidadas hasta el más minimo detalle. En ellas te puedes encontrar desde un centro floral hasta una obra de arte realizada exclusivamente para el restaurante.
El carro de vinos, tambien llamado Travel Wine Experience, contiene vinos internacionales y nacionales permitiendo al comensal recorrer el mundo a través de ellos. Este carrito recrea los carros de equipaje que se veían en las estaciones de tren del siglo pasado. Está compuesto por un mueble-baúl contenedor de copas y utensilios para el vino, y otro destinado al almacenamiento de botellas.
Cuentan con un patio que esta reservado para el Cigar Club donde se puede degustar puros habanos, dominicanos, nicaragüenses y hondureños.
Creo que es un lugar espectacular, con detalles que no podrás encontrar en ningún sitio, donde te ofrecen una experiencia realmente increible y las personas que componen el equipo son unos grandes profesionales.
Poncelet Cheese Bar
En Chamberí, se encuentra este restaurante temático. Se inauguró en el año 2011 y su carta y espíritu giran en torno a un producto tan sencillo y a la vez tan complicado como es el queso. Trabajan con más de 150 referencias de quesos españoles y unos 200 de toda Europa, un verdadero festín para los amantes de este producto.
Al entrar te encuentras con una pared decorada con platos de cerámica de lo más peculiar, ya que estos tienen pintados cabezas de animales con cuerpos humanos. Al otro lado una barra decorada con utensilios y unos quesos enormes.
El comedor es de lo más acogedor, con detalles que hacen que el sitio tenga un encanto especial. Mires donde mires tienen material antiguo que se utilizaba para la fabricación del queso o lecheras.
Pero lo más sorprendente y espectacular es la vitrina donde guardan todos los quesos. Cada uno de un rincón diferente, de elaboraciones distintas y de tamaños diversos
Irene Fernández, maestra quesera, la verdad que fue un encanto, nos dedicó su tiempo libre a contarnos un poco de su trayectoria profesional hasta llegar donde se encuentra hoy y para enseñarnos y explicarnos el funcionamiento del local. Y sobre todo su forma de trabajar cara al público, dándonos un punto de vista profesional cara al futuro.
Tienen una carta bastante completa, pudiendo saborearlo en su formato más sencillo, como tablas, o por el contrario en ensaladas, croquetas o incluso en arroces. Además todos los días el Maestro Quesero hace una tabla del día donde se eligen los quesos que en ese momento estén en condiciones óptimas, haciendo que el resultado sea un intenso y sublime sabor y una experiencia única.
A parte del restaurante también hay una barra algo más informal y con una carta especialmente diseñada para poder compartir, con horario continuado en la cocina. Todo esto, hace que el Cheese Bar sea elogiado por el trato excelente que le dan a un producto de lo más sencillo pero a la vez tan complejo. Es un sitio donde me encantaría volver tranquilamente a disfrutar del local y degustar la calidad del producto que ofrecen.